Los programas presenciales tienen 200.000 estudiantes menos que hace 7 años. La educación a distancia también pierde terreno.

Profesor aparece teniendo relaciones sexuales en plena clase virtual Foto: iStock
En los últimos años, las universidades en Colombia y en buena parte de América Latina han registrado una disminución significativa en el número de estudiantes que ingresan a programas de pregrado. Lo que antes era visto como el camino natural después de graduarse del colegio —iniciar una carrera universitaria— hoy enfrenta dudas, obstáculos y nuevos competidores.
Una tendencia que preocupa
El Ministerio de Educación y los observatorios de calidad educativa advierten que cada año se reduce el número de jóvenes que acceden a la educación superior. La matrícula universitaria, que alguna vez crecía de manera sostenida, hoy muestra cifras a la baja. Esto implica no solo un reto para las instituciones, sino también para el país, que necesita profesionales preparados para responder a los desafíos económicos y sociales del futuro.
Factores económicos y sociales
El alto costo de las matrículas sigue siendo una de las principales barreras. Muchas familias, especialmente de estratos medios y bajos, encuentran difícil sostener el gasto que implica pagar una universidad privada o incluso cubrir manutención y transporte en una pública. A esto se suma el desempleo juvenil y la percepción de que “estudiar no garantiza un trabajo bien remunerado”.
La competencia de la educación técnica
Cada vez más jóvenes prefieren alternativas como programas técnicos y tecnológicos, cursos cortos o certificaciones digitales. Plataformas internacionales de aprendizaje en línea, junto con academias locales, ofrecen programas más baratos, rápidos y orientados a la demanda inmediata del mercado laboral, especialmente en áreas como programación, diseño y análisis de datos.
Cambios en las aspiraciones
La nueva generación de bachilleres también está replanteando su relación con el estudio y el trabajo. Para muchos, acumular títulos no es tan relevante como adquirir habilidades prácticas. Las oportunidades de emprendimiento, los trabajos remotos y el acceso a conocimiento gratuito en internet amplían sus opciones más allá de las aulas tradicionales.
¿Qué viene ahora?
Los expertos señalan que las universidades deberán adaptarse con propuestas más flexibles, becas que reduzcan la brecha económica y programas que respondan a las nuevas dinámicas laborales. La educación superior atraviesa una transformación que no puede ignorar: los jóvenes de hoy buscan caminos distintos para construir su futuro.
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