Un estudio llevado a cabo entre Be+en las aulas educativas, lo que significa que el 22 por ciento aún es complejo identificar estos casos.

Los colegios suelen ser los escenarios donde hay mayores índices de matoneo.
El estudio, que buscaba medir el conocimiento de los docentes sobre la Ruta de Atención Integral para la Convivencia Escolar (Ley 1620 de 2013), contó con la participación de 406 maestros de todo el país, de los cuales el 66 por ciento son mujeres, el 34 por ciento son hombres, el 47 por ciento está vinculados a instituciones educativas públicas y el 52 por ciento trabajan para instituciones educativas privadas.
La encuesta concluyó que existe una gran necesidad de apropiar la información sobre acoso escolar con los docentes, quienes son parte fundamental en su prevención.
Y es que el estudio permitió identificar que solo el 66 por ciento de los docentes reconocen acciones particulares que les alertan sobre presuntos casos de acoso escolar, entre las que mencionaron el aislamiento temporal de los alumnos, el incremento del ausentismo a clases y la disminución del interés en las actividades académicas.
De hecho, el 94 por ciento de los profesores considera que su rol es fundamental para la prevención del acoso escolar. Sin embargo, solo el 54 por ciento de ellos habla con sus estudiantes cuando evidencian desinterés académico, una de las principales señales de que algo anda mal.
Además, apenas el 61 por ciento de los maestros precisan de forma correcta algunas consecuencias que trae el acoso escolar, como bajos niveles de autoestima, depresión, inseguridad y aislamiento social y el 51 por ciento de ellos no reconocen ejemplos de los tipos de situaciones de acoso escolar establecidas en la norma, lo que muestra un desconocimiento y falta de preparación en la materia.
“Entendemos que la educación va más allá de los resultados académicos y las construcciones curriculares. La educación es un fenómeno social en el que intervienen otro tipo de aspectos que deben ser estudiados conscientemente y deben recibir respuestas para su atención y mitigación”, destacó Yoalberht Majé Orozco, Director de Be+ Foundation.
Dentro de los resultados, se destaca que el 45 por ciento de los encuestados consideran que el acoso escolar está asociado a una escasa gestión de los orientadores y psicólogos, sumado a que en el 54 por ciento de los casos las instituciones educativas que tienen matriculados más de 1.000 estudiantes cuentan con un solo psicólogo para su atención.
De hecho, el 57 por ciento de los docentes recurren a los coordinadores y otros docentes cuando detectan aislamiento social de un estudiante. Para el 61,7 por ciento de ellos, su responsabilidad frente a los casos de acoso escolar solo va hasta la remisión del caso a las autoridades institucionales, por lo que la mayoría prefiere no involucrarse en la resolución de esos problemas.
En cuanto a la gestión de las instituciones educativas, el 68 por ciento de los profesores indican que reciben capacitaciones sobre la prevención del acoso escolar una o dos veces al año. Dentro de las acciones más implementadas en las instituciones educativas, predominan las charlas a estudiantes, los seguimientos desde las direcciones de grupo y la orientación hacia el uso adecuado de las redes sociales.
El estudio puso en evidencia, por ejemplo, que el acoso verbal, las burlas, los rumores, los insultos y los apodos son las formas de acoso escolar más frecuentes en las aulas de clase según el 38 por ciento de los docentes encuestados. Es por esto que el 89 por ciento de los profesores refirieron que nunca o casi nunca permiten el uso de apodos en sus clases.
En segundo lugar, según frecuencia de ocurrencia, aparece el ciberacoso, con un 21 por ciento. Por el contrario, la forma de acoso menos frecuente en las aulas es el acoso sexual, según el 68 por ciento de los docentes.
¿Cómo crear aulas seguras?
Ingrid Marcela Moreno Perdomo, directora del programa Licenciatura en Educación Infantil de la Universidad El Bosque, sugiere algunas estrategias para que los profesores puedan crear ambientes escolares seguros que prevengan el bullying de la siguiente forma:
1. Promover un clima de confianza. Es importante que los maestros se muestren abiertos y disponibles, de manera que el estudiante se sienta lo suficientemente cómodo y seguro para comunicar su situación.
2. Planificar experiencias pedagógicas para promover el respeto. Esto es fundamental para abordar el acoso. Existen muchos libros, películas y programas de televisión que sirven de base para discutir el impacto de este problema
3. Detener inmediatamente cualquier caso de bullying. Es importante que los estudiantes sean conscientes de que los maestros no permiten que otros niños o adolescentes sean maltratados.
4. Abordar al agresor en privado. En muchos casos, los agresores son niños o adolescentes que provienen de hogares disfuncionales en situaciones de violencia. Por eso, es importante hablar con ese estudiante en privado, intentando comprender por qué se comporta así.
5. Notificar lo ocurrido y darle seguimiento. Los maestros deben reportar los casos de acoso y en casos específicos activar las rutas de atención que existan en las instituciones educativas.
Envíenos sus comentarios y sugerencias al correo vida@eltiempo.com.
REDACCIÓN EDUCACIÓN