Test de Kinsey: ¿somos todos bisexuales?

Test de Kinsey: ¿somos todos bisexuales?



Hoy hay una gran gama de gustos sexuales que definen la personalidad de millones de personas en el mundo. La comunidad LGBTIQ+ se ha logrado posicionar en un entorno que hasta
hace 30 años no permitía o no concebía un escenario en el que la sociedad se saliera del marco heteronormativo
impuesto por los valores tradicionales.

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).
Hablar de este tipo de expresiones era considerado un tabú y hasta era tratado por médicos y especialistas en psicología como una enfermedad mental. Sin embargo, todo parece indicar que e
n la década de los 30 y los 40 se empezaron a ‘
desatanizar’
 los  gustos sexuales a través de un estudio realizado por el biólogo Alfred C. Kinsey,
quien se dio a la tarea de investigar sobre las conductas sexuales de las personas.

Así las cosas, su  lucha tuvo como contrincantes a los defensores de las teorías monosexuales,
los cuales venían limitando la sexualidad humana a la dicotomía entre la homosexualidad y heterosexualidad
que, entre otras cosas, no solo se negaba a incluir dentro de sus apartados los gustos bisexuales, sino también la gama de variantes que transitan entre estas dos orientaciones.

De esta manera nació la famosa escala de Kinsey, la cual, según los estudios realizados por este investigador,
determinaron que existen por lo menos ocho grados diferentes de comportamientos sexuales,
llegando a la conclusión de que la sexualidad es mucho más dinámica y se escapa al encasillamiento en un solo gusto particular.

Según lo informado por el diario ‘El Mundo’, Kinsey encuestó 17 mil hombres y mujeres entre 1938 y 1956. Los encuestados arrojaron datos bastante dicientes para la época, pues aún l
a religión y la heteronormatividad estaban al orden del día regulando los
comportamientos
 sociales.

Esta fue la escala que se pudo armar dependiendo de las respuestas:
El
11,6% de los varones blancos entre 20 y 35 años
manifiestan un rango de 3 para este periodo de sus vidas. El 7% de las
mujeres solteras entre 20 y 35 años
, y el 4% de las
casadas
entre 20 y 30 años daban un rango de 3 para este período de sus vidas. Del 2 al 6% de las m
ujeres entre 20 y 35 años,
se colocaban en un grado de 5.

Del
1 al 3% de las solteras entre 20 y 35 tenían un rango de 6.
El 60% de los hombres y el 33% de las mujeres
participaron al menos en una práctica homosexual
manifiesta hasta los 16 años de edad, fueron los datos que arrojo el estudio y que fueron compartidos por el medo citado.

Para aquella época los datos causaron gran revuelo entre la sociedad estadounidense de mediados de siglo. Hoy esta escala sigue dando de que hablar, aunque la revolución sexual este intentado desestigamitzar l
os gustos sexuales de la sociedad entre el marco de la heterosexualidad, bisexualidad y homosexualidad.

Lo cierto es que hay muchas páginas web y portales que circulan bajo el título de
Kinsey scale test
, pero, al día de hoy, no hay un cuestionario oficial que pueda determinar, bajo la analogía del científico, las conductas sexuales de los individuos.

No obstante, para los analíticos de este tipo de investigaciones se ha determinado que la mayoría de personas son bisexuales o así lo planteó el Dr. Rober Epstein, alumno de Kinsey, al decir que ”
la mayoría de las personas experimentan algún grado de atracción hacia personas del mismo sexo en algún momento.
En una sociedad completamente libre de estigma de orientación sexual, la mayoría probablemente sería bisexual, como sugirió Freud hace un siglo”.

Es prudente resaltar que este estudio ha recibido un sinfín de críticas por parte de colectivos LGBTIQ+ y sexólogos reputados internacionalmente. Si bien resaltan que fue positivo tratar estos temas en una época difícil para la liberación sexual, también manifiestan que fue todo un fracaso,
pues el nicho de los entrevistados eran jóvenes recién graduados o casados.
Un hecho que ha sido históricamente criticado debido a que, según manifiestan los detractores,
fueron escogidos a dedo y no aleatoriamente.
El psicólogo Abraham Maslow fue uno de los mayores escépticos de este tipo de estudios al recalcar la imparcialidad de los análisis.

Entre otras cosas, encasilló durante casi 60 años la diversidad sexual en estos tres apartados. Así mismo,
la época no ayudaba a que los encuestados efectivamente hablarán de sus conductas lascivas por reservas a ser expuestos
ante una sociedad fuertemente marcada por el fanatismo religioso, el conservatismo y el machismo.

Cuando Kinsey concluyó que ninguna persona es verdaderamente heterosexual,

nunca se corroboraron sus datos ni se comprobó que la heterosexualidad proviene de las presiones sociales
. Sabemos ahora, que al clasificar su ya de por sí sesgada muestra, sumaba pensamientos y actos de igual manera”, explicó la Dra. Martha Tarasco Michel en un texto académico del Grupo de Investigación en Bioética de Galicia.

REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL

EL TIEMPO



Tomado de el Tiempo.com

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